El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma

El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma
lizzi martinez

sábado, 27 de diciembre de 2008

Amor de verano



Bailábamos juntos con el ritmo de la noche, palabras que se interponían en nuestro baile, gritos que aturdían, melodías que lloraban y rayos que hablaban. Uno de ellos grito la primero palabra “amor”, el segundo grito “dolor” y el tercer grito “soledad”. El primer rayo fluyo entre nosotros. Caminamos en los andenes y charcos que iluminaban la noche, palabras de amor salieron de nosotros y un gran beso que termino con nuestra noche. El segundo rayo “dolor” desesperados en la noche sin el encuentro ni la comunicación, muriéndonos en sentimientos madrigales. El tercer rayo “soledad” ella entre nosotros, sin amor, solo una gran nostalgia de perdida en aquellas palabras de composiciones poéticas que dedicabas a mis oídos.
El baile de la noche, las palabras, los besos y los charcos que iluminaban la noche, todos ellos solo desaparecieron sin despedidas, ni siquiera dejando una invitación a tomar una copita de vino, tan solo dejando recuerdos hermosos, nostálgicos, excitantes, amargos, dulces, que desvelaron las siguientes noches con cruel desespero.

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