El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma

El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma
lizzi martinez

martes, 2 de noviembre de 2010

Ambulante

Tras un viaje largo de 7000 kilómetros su alma reposa sobre el asfalto de un andén marginal que es cubierto por la sombra de un puente, el sombreado marca la sangre y la maleza, pintura que se confunde entre el rojizo ensangrentado de las víctimas inocentes que hacen parte de su estética. Piensa mientras juega con el charco pantanoso que cubre sus pies pero q al mismo tiempo son inmunes ante él, mientras que un relámpago pasa por enfrente de su vista, un haz de luz que se pierde en el fondo del circulo de confusión, un punto negro que se amplía en lo desconocido, ya sus pies caminan rezagados hacia el olvido. Escéptica a los relatos de amor, pierde la noción del tiempo, mientras sus lágrimas pueriles caen desaforadas aproximándose a la abertura de sus labios, saladas como el agua del mar y rojizas como la luna resonante. Su alma anhela la salvación en cualquier humano.

Morí

Ahogada, en el naufragio de mí llanto, se escuchaba el eco de una voz que me decía: ahora, tú te has ido. Lleve mis manos al rostro pálido, amargo y con textura demacrada, sujete el ramo de flores a una liga de terciopelo rojo, recordé el color de tu cabello, el aroma de las tardes enredadas en el rebelde, el consuelo de los labios carmesí que navegaban por mi cuerpo buscando una respuesta que quizá nunca fue encontrada, El final de las palabras que se perdieron en una carta marcando la fecha de despedida, la aurora de mi derrota. Mis pies caminaron rezagados, perdí la noción de los sueños, del amor, de la felicidad que marcabas en mi rostro con tu sola presencia, de los conceptos, de la vida. Ahora mi mundo destilaba el sabor de la nada, me acosté sobre no sé qué y fije mi vista en el vacío, después, morí.

domingo, 23 de mayo de 2010

por el bulevar de los sueños perdidos

El invierno empezaba a asomarse; dejando aquellas tardes cálidas de otoño en recuerdos inolvidables que guardaba en el baúl de su cabeza. Francisco era un hombre muy solo, se hacía compañía con el frio y el misterio que tornaba entre sus cuatro paredes pálidas sin vida, sin magia, con ilusiones perdidas; el intento de amar lo había destruido frustrándolo bajo el control del alcohol y la nicotina que diariamente consumía. Perdido en la cotidianidad de sus días, asistía a un bulevar todos los martes en las noches, se tomaba unas copas de licor y luego buscaba a Ana, la prostituta de medio peso que lo había seducido y le regalaba placer a su cuerpo desde el primer momento en que francisco había pisado el bulevar de los sueños perdidos. Enamorado de Ana, sus días comenzaban a adquirir un color diferente, se imaginaba formando esa hermosa familia que le habían inculcado desde niño, en tomar fotografías para los recuerdos inolvidables, salir de paseo al parque los domingos con la familia y llevar al perro todas las tardes a pasear, llegar a casa y encontrar a su querida esposa preparándole la cena, y los niños estudiando para un buen futuro. Tantos estereotipos abrumadores que el odiaba pero que se convertían en necesidades al amar a Ana. Poco después esos pensamientos se perdieron, la prostituta se había cansado de los absurdos sueños de francisco, abandonándolo después de haberlo ilusionado con promesas que pronto se convertirían en mentiras, pues sus ávidos deseos eran imprescindibles, el dinero tenía un precio más especial para ella que el amor y el futuro que francisco quería ofrecerle. Pero para la desgracia de Ana francisco era un ser rencoroso, un psicópata, un hombre vengativo con delirios de asesino y hasta un hombre fugitivo.

Era un martes 13, en el que la gente parecía ser de plástico, se movía con disimulo y más sigilosa de lo normal, una fecha que a muchos creyentes angustiaba especialmente a francisco. Aquel día era perfecto para su venganza lo había planeado todo desde el día en que fue abandonado. Esa mañana de martes 13 citó a la prostituta por una hora de urgencia a su casa, solo necesitaba calmar sus ansias sexuales antes de salir al trabajo como todos los días, quería transformar la fecha en la peor tragedia de la prostituta, que había, no solo robado su corazón juntos con sus ideales, sino también su alma. Francisco pensaba que el amor era más importante que el rencor, y por eso matar era más fácil que amar. De pronto, sonó la puerta, un golpe abrupto lo dejo casi sin pálpito, se levanto, y dirigió sus pasos tambaleantes por el camino, con las manos sudorosas y nerviosas, giro la perilla levemente, era ella. Estaba más hermosa que nunca, su cabello estaba más corto, había cambiado su look, su rostro se ocultaba bajo la máscara pintada que cubría sus expresiones falsas, llevaba aquella minifalda roja que el tanto añoraba los martes en la noche cuando la buscaba; entonces la invito a pasar, le pidió que se sentara en el sillón de cuero blanco que tanto odiaba; - su madre se lo había regalado el día de su cumpleaños-. Sirvió dos copas de vino y se sentó junto a ella, la tomo por el brazo y recorrió sutilmente hasta llegar a su rostro, la beso mientras palpaba sus piernas, la prostituta como de costumbre y buen labor, quiso tomar el control, se subió encima y empezó a consentirlo, pero francisco sabia, que fácilmente podía perderse bajo el dominio de la hermosa mujer, que pronto, todos sus planes serían innecesarios, así que quiso levantarse y terminar pronto con el melodrama, pero fue inútil, la mujer podía dominar hasta el punto más sólido de su cuerpo, podía jugar con sus emociones y persuadirlo con facilidad sin necesidad de decirle una sola palabra, ella era perfecta, una maquina sexual salvaje, que podría culminar totalmente con todos sus deseos más horripilantes y rencorosos hacia ella, en solo un instante, en una cita de medico de una hora, en un ida y vuelta, ella podía tomarlo y apoderarse de él en cuerpo y alma. De repente pasaron mil fotogramas por su cabeza, recordó aquella noche en aquel bulevar donde sus sueños se habían perdido, y con la desesperanza entre sus manos, indignado tuvo que marcharse, siguiendo el ordinario hilo que memorizaba con tristeza hacia su casa. Entonces recobro todas sus fuerzas, forcejeo con sus propios deseos carnales y levanto de un golpe atroz a la mujer; petrificada, tirada en el suelo, anonadada de lo que acababa de suceder, perdió la noción de sus encantos. Francisco la miro con desdén y se acerco tomándola por el brazo, se inclino hacia ella buscando su oído y le murmuro:

- un sabor temprano de la muerte, no es necesariamente una mala cosa

La prostituta no tuvo tiempo ni siquiera de pensar, cuando Francisco buscaba entre la pantorrilla y el zapato, un cuchillo, que llevaba escondido. Levanto el brazo mientras la mujer atemorizada cubría su rostro, apunto hacia ella y clavando el cuchillo en su frio corazón, la asesino. FIN.

lunes, 11 de enero de 2010

soledad



Escena única:

(Una mujer vestida totalmente de blanco, aparece sentada en un diván cubierto con una manta blanca de igual forma en una casa antigua llena de recuerdos y alrededor de ella fotografías y cartas por doquier. Diagonal una mesa antigua de madera con un baso y una taza de café)

Mujer: (sentada habla para si misma) 7 de abril de 1970, una fecha preciosa como olvidarla, era el día que más esperábamos, una época que me trae los más hermosos recuerdos.
(Se levanta envolviéndose entre la suave sabana blanca) solíamos despertarnos en la mañana, muy temprano eso si (risas)
Y disfrutábamos el alba entre las suaves cobijas (acaricia su rostro entre ellas), recorría mi cuerpo con mucho cuidado como si lo estuviera midiendo cada centímetro ahogándome en un mar de placer ¡bastante excitante eso si!

(Camina de un lado hacia otro) (Riéndose) después venia el desfile de ropa interior “nunca faltaba”, luego el mejor banquete como un burgués a mis pies,(se dirige a la mesa de madera y coge entre sus manos una tasa de café) con un champán y dos copas de finos cristales.

¡Inolvidable! (se sienta en el piso) como olvidar aquella fecha (desconsolada)
En fin, el tiempo pasa y la nieve de los años cubre todo poco a poco, (llanto) dejando todo en el olvido como una guerra anhelando su fin, (se levanta) como la cura para una gran peste, (desesperada) como un océano al secarse y pobres pececitos (gritando) ¿de que podrán vivir entonces?

(Silencio 10 segundos) ahora que lo pienso bien (risas) definitivamente como dicen los que creen saberlo todo “la vida es un misterio, pues Dios obra en ella misteriosamente”
(Quejándose) valla misterio, más raro que la loca del vecino que vive a mi lado (risas).

(Rabia) y bien (gritando) ¿donde estas todo poderoso? Si en realidad existes ¡has algo!, (enojada) sácame de este maldito infierno ¿Por qué no me llevas a mi también? (desesperada) o dime entonces ¿cual es tu propósito? ¿Qué pretendes maldita sea? (llorando) dejarme sola, con un recuerdo que me quiebra la cabeza cada que despierto, ¡y eso si es que puedo dormir! (gritando) pero háblame maldita sea, dime algo (se tira al suelo agotada) esta bien no digas nada, pues la verdad ni siquiera quiero escucharte.

(Silencio y de repente abre los ojos asustada y ve a todos lados y dice en un tono curioso) ¿Pero que pasa? ¿Qué escuchan mis oídos? ¡Manuel! ¿Eres tu? (riéndose entre llantos) amor mío háblame (desesperada) Manuel háblame (gritando) maldita sea ¿Dónde estas? ¿A dónde te has ido? (agotada, llorando) ¿porque? Si tú me prometiste que siempre íbamos estar juntos, hasta des pues de la muerte. (Se sienta de nuevo en el piso) entonces ¿Qué esperas? Ven por mi pronto (gritando) aquí te estoy esperando y no me iré ni loca maldita sea y pasan los días y aquí estaré esperando por ti, (desconsolada) solo a ti amor mío. (Ella va al sofá y 10 segundos de silencio, luego se apagan las luces)

sábado, 9 de enero de 2010

Ninfa durmiendo


Vivo en un sueño de fuertes fantasías
En un volcán de erupción de saladas gotas carnívoras
Vivo corriendo en una maratón de un pasado que me acosa
Donde la soledad y el miedo se hacen compañía
Es un hueco de alquitrán donde se esconden mis fantasías
Llamando la aurora desde la lejanía
Duermo profundamente un largo desafío
En un portal lejano donde el reloj me engaña marcando los minutos con ausencia pasiva
Es un sueño dorado marcando huella de espinas en mis heridas
¿Dónde estas?
Solo dame una mano
Si quieres tan solo un dedo
Sálvame de este invento neurótico, que día a día nos destruye
Déjame saltar a tu lado
Déjame crear un tejido de compañía
O una seda de cubiertas florecitas
Cantemos juntos una canción,
Destruyamos mascaras y amémonos con sinceridad,
Sujétame fuerte y escapemos volando sin importar la locura,
Sin importar lo que digan, pues son murmullos que se esconden detrás de mis oídos
Has lo mismo, liberémonos de la oscuridad y convirtámonos en cisnes de verdad.

jueves, 7 de enero de 2010

bajo orión y antares


El viento que llevó las horas mojadas en llantos y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestros corazones. Acostados bajo el manto oscuro de la noche, orión y Antares fueron cómplices de las horas en silencio que arrullaron nuestros labios. Humitos y gotitas cristalinas casi invisibles nos tocaron pero no las sentimos; la batalla entre la razón y el sentir de nuestras belicosas almas que no se rinden ante el placer de amar. Entonces corrimos, nuestras manos se unieron para ya nunca poderse separar, las huellas huérfanas de llantos quedaron en el olvido y construyeron un nuevo camino. Alas gigantes con destellos verde violeta nos crecieron y volamos entre espirales carmesí que dieron la aurora al edén de nuestros sueños…