El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma

El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma
lizzi martinez

miércoles, 29 de julio de 2009

lagrimas necias


Con dolor, el desahogo ya no es suficiente.
Mientras siete barcos de hunden en el fondo del mar,
Siete mujeres lloran en la estación del tren despidiendo a sus maridos.
Una flor marchita toca el corazón de una anciana,
Mientras que un gato maúlla en lo alto de un árbol.
Hay razones del corazón, que la razón no entiende
Y hay dolores que ni siquiera las lágrimas pueden dopar.
En el puente San Martin un poeta infeliz quiere quitarse la vida,
Sus versos ya no valen, las mujeres solían amarlo y perseguirlo,
Tan solo con una prosa podía enamorar a cuanta rubia quisiera,
Pero ahora es miserable, las mujeres han perdido gracia;
Ahora, solo los zapatos brillan por 10 pesos.
El agua que era invisible, ahora es blanca
Y la rosa que solía ser roja, ahora es negra
La sequia esta de luto, y cada día se entierran más los recuerdos.
Las ilusiones se han escondido bajo el sillón se los sueños
Y el norte se pierde en la brújula de los ojos de un pirata.
El viento marcha hacia atrás, y los cristianos ya no creen en Dios.
Lagrimas necias se ahogan en la garganta de una joven enamorada,
Lagrimas necias entumecen el corazón de mi madre que es partido a la mitad en el aeropuerto
Sus manos que botan gotas de humedad, se cansan de halar,
La fuerza es inútil, ya no sirve, es hora de partir y mis lágrimas aún son necias.