El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma

El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma
lizzi martinez

lunes, 11 de enero de 2010

soledad



Escena única:

(Una mujer vestida totalmente de blanco, aparece sentada en un diván cubierto con una manta blanca de igual forma en una casa antigua llena de recuerdos y alrededor de ella fotografías y cartas por doquier. Diagonal una mesa antigua de madera con un baso y una taza de café)

Mujer: (sentada habla para si misma) 7 de abril de 1970, una fecha preciosa como olvidarla, era el día que más esperábamos, una época que me trae los más hermosos recuerdos.
(Se levanta envolviéndose entre la suave sabana blanca) solíamos despertarnos en la mañana, muy temprano eso si (risas)
Y disfrutábamos el alba entre las suaves cobijas (acaricia su rostro entre ellas), recorría mi cuerpo con mucho cuidado como si lo estuviera midiendo cada centímetro ahogándome en un mar de placer ¡bastante excitante eso si!

(Camina de un lado hacia otro) (Riéndose) después venia el desfile de ropa interior “nunca faltaba”, luego el mejor banquete como un burgués a mis pies,(se dirige a la mesa de madera y coge entre sus manos una tasa de café) con un champán y dos copas de finos cristales.

¡Inolvidable! (se sienta en el piso) como olvidar aquella fecha (desconsolada)
En fin, el tiempo pasa y la nieve de los años cubre todo poco a poco, (llanto) dejando todo en el olvido como una guerra anhelando su fin, (se levanta) como la cura para una gran peste, (desesperada) como un océano al secarse y pobres pececitos (gritando) ¿de que podrán vivir entonces?

(Silencio 10 segundos) ahora que lo pienso bien (risas) definitivamente como dicen los que creen saberlo todo “la vida es un misterio, pues Dios obra en ella misteriosamente”
(Quejándose) valla misterio, más raro que la loca del vecino que vive a mi lado (risas).

(Rabia) y bien (gritando) ¿donde estas todo poderoso? Si en realidad existes ¡has algo!, (enojada) sácame de este maldito infierno ¿Por qué no me llevas a mi también? (desesperada) o dime entonces ¿cual es tu propósito? ¿Qué pretendes maldita sea? (llorando) dejarme sola, con un recuerdo que me quiebra la cabeza cada que despierto, ¡y eso si es que puedo dormir! (gritando) pero háblame maldita sea, dime algo (se tira al suelo agotada) esta bien no digas nada, pues la verdad ni siquiera quiero escucharte.

(Silencio y de repente abre los ojos asustada y ve a todos lados y dice en un tono curioso) ¿Pero que pasa? ¿Qué escuchan mis oídos? ¡Manuel! ¿Eres tu? (riéndose entre llantos) amor mío háblame (desesperada) Manuel háblame (gritando) maldita sea ¿Dónde estas? ¿A dónde te has ido? (agotada, llorando) ¿porque? Si tú me prometiste que siempre íbamos estar juntos, hasta des pues de la muerte. (Se sienta de nuevo en el piso) entonces ¿Qué esperas? Ven por mi pronto (gritando) aquí te estoy esperando y no me iré ni loca maldita sea y pasan los días y aquí estaré esperando por ti, (desconsolada) solo a ti amor mío. (Ella va al sofá y 10 segundos de silencio, luego se apagan las luces)