El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma

El viento que llevó las horas mojadas y las cenizas de un porro que alivio el luto de nuestra alma
lizzi martinez

sábado, 27 de diciembre de 2008

Sola



Quería correr, Desnudarme, Acostarme en aquel patio donde la lluvia atravesara mis venas, mi alma, mis débiles huesos, donde las gotas se deslizaran recorrieran la textura desnuda de mi cuerpo extraño (entre su hermosa naturaleza) Quería volar con su aroma, su impureza (a causa del maldito calentamiento global) sus suaves notas picarescas que cantaban a mi oído delirando atención, compañía. Era tan sola que lloraba, un llanto q quebraba mi rojo y negro corazón, cayendo desconsolada desde lo alto.
Fría, dulce, amarga, suave, fuerte, pequeña, grande. Ahora me contaba cuentos acurrucándome en aquella esquina donde los murmullos de los demás se atraían con los vientos que erizaban mi desnudo cuerpo, gritaban – loca, rara, extraña, sucia, desvergonzada- hay estaba yo como siempre, tan sola como ella, sin nadie que me entendiera ni apoyara mis delirios psicodélicos, esa extraña nena que cantaba en la azotea, esa rara que corría y jugaba sola por las calles del vecindario con un supuesto amigo imaginario (el elefante rosado del África), esa loca que se sentaba a tejer cuentos fantásticos frente a un poste con su perro hambriento, la sucia que no se bañaba por conservar el agua de su amiga pacha mama, la desvergonzada que sentada en los andenes cantaba a aquellos huerfanitos del orfanato “la Maria”. Sola como de costumbre caminaba desnuda, empapada en el llanto que no cesaba de caer desde lo alto, al parecer si me quería, me entendía, me llevaba, me seducía, me acariciaba.

Pecado enfermizo


Ella lloraba desconsolada en su vieja cama de madera comida por las termitas. Yo solo quería ver lo que le sucedía, ayudarla a ver las hermosas estrellas aquel día en que el cáncer invadía sus pulmones, su hígado, su corazón y cada órgano de su cuerpo , dejando tan solo una sencilla y demacrada sonrisa en su chupado rostro ocultándose bajo sus pecados, empapada en llanto pedía perdón en su ultimo minuto de arrepentimiento, retrocediendo su larga vida de sufrimiento, el minuto solo fue caminando quedando tan solo en un par de segundos, ella solo serró sus ojos y murió en el pecado.

No mas q una palabra


Cada vez que encuentras la llave secreta que guardo debajo de la tejida alfombra que conservo hace 16 años y abres esa puerta de madera carcomida compuesta en dulces migajas de arena blanca en mi corazón, mis sentimientos sierran mis pensamientos bloqueando todos mis deseos, permitiendo la entrada de solo una palabra que llene mi corazón, solo una que aliente mis ánimos, una que recorra mi alma, una que de aire a mis pulmones atravesando mi garganta en un torpe camino curioso por mis desnudos órganos; pero cuando la luna azul de tus sueños desaparezca danzando entre las nubes dejando estrellas despejadas que brillen en la noche desnudándose ante el folclor de tus deseos, solo tu sabrás si en verdad llenas con una palabra mi corazón y si tu amor es verdadero.

Noche


Era una oscura noche de seducción que me deslumbraba dejándome en una excitante desconcertada penumbra, de esa que tanto huía descaradamente. Pero esa noche de tremendos escalofríos era mi destino final, un grito que atravesaba mi garganta afónica llegando hasta la lengua de mi boca relucía con fuerza dejando que mis pensamientos se volvieran tormentas y que cada vocal, silaba, palabra de tranquilidad se volvieran amenazas que mi débil mente no soportaba y que hacían de mi una locura psicodélica, hasta que esa traviesa locura que me seducía acabara de mi por completo sin dejar huellas ni rastros dejando mi cuerpo en un pantano y mi alma ardiendo en llamas.

Amor de verano



Bailábamos juntos con el ritmo de la noche, palabras que se interponían en nuestro baile, gritos que aturdían, melodías que lloraban y rayos que hablaban. Uno de ellos grito la primero palabra “amor”, el segundo grito “dolor” y el tercer grito “soledad”. El primer rayo fluyo entre nosotros. Caminamos en los andenes y charcos que iluminaban la noche, palabras de amor salieron de nosotros y un gran beso que termino con nuestra noche. El segundo rayo “dolor” desesperados en la noche sin el encuentro ni la comunicación, muriéndonos en sentimientos madrigales. El tercer rayo “soledad” ella entre nosotros, sin amor, solo una gran nostalgia de perdida en aquellas palabras de composiciones poéticas que dedicabas a mis oídos.
El baile de la noche, las palabras, los besos y los charcos que iluminaban la noche, todos ellos solo desaparecieron sin despedidas, ni siquiera dejando una invitación a tomar una copita de vino, tan solo dejando recuerdos hermosos, nostálgicos, excitantes, amargos, dulces, que desvelaron las siguientes noches con cruel desespero.